3 Años desde mis últimas vacaciones (una semana de descanso)...Pensé que era justo pasar los días de fiesta con mi hija y mi familia, y así lo prometí... Pero no contaba con las palabras mágicas: "Estamos en un momento álgido y no puedes tomar vacaciones ahora, quizás en enero"... en Enero cuando ya toda mi familia estaba nuevamente en sus labores...pero en fin, había que aceptarlo. En Enero efectivamente luego de mucha insistencia y trámite, a media hora del tiempo límite, recibí la autorización de vacaciones: 5 días...
Debo decir que fueron los mejores 5 días de mi vida en mucho tiempo. Mi hija María Alejandra de 7 años, y Yo, solas en un sitio de descanso; me sorprendí de las cosas que me contaba, el carácter que había desarrollado, la creatividad con que obraba, la sabiduría con que hablaba...y me di cuenta que en el corre correo diario, no me había tomado el tiempo de conocerla y me cuestioné. Pero al final también viví uno de los momentos más tristes y desestabilizantes de mi vida, cuando mi hija me dice "Mamá, esta ha sido la mejor semana de mi vida, no por la piscina ni por el sitio, sino porque estuviste conmigo todos los días"... Se me hizo un nudo en la garganta y entonces pensé: en 7 años esta es la primera vez que dedico 5 días a mi hija!!!! por Dios!!! Y fue entonces cuando empecé a clamar a Dios por una oportunidad...algo distinto para hacer, algo que me permitiera cambiar mi estilo y calidad de vida, pues comprendí que si bien había ganado desarrollo profesional y reconocimiento, estaba perdiéndome de lo más valioso que tenía en la vida, ver crecer a mi hija y acompañarla en el proceso y todo... a un precio que nunca valdría la pena, pues finalmente cuando hice el repaso de mi historia, no tenía ni tiempo, ni dinero... lo único que tenía era muchas, muchas deudas... un balance nada alentador...
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