Buscando la forma de hacer las cosas de una manera distinta, encontré muchas opciones, sin embargo hubo una que sin estarla buscando, resultó ser justamente aquello que necesitaba. Cuando me plantearon el postulado: Haces algo bien hecho, una sola vez y lo cobras el resto de tu vida, casi que no lo creí; sin embargo me tomé el tiempo necesario para analizar la información, analizar el modelo, estudiar la metodología, revisar la veracidad, pero sobretodo, me di tiempo de conocer a las personas que están alcanzando el éxito, disponiendo de su tiempo, superando sus propias limitaciones, descubriendo sus talentos, aportando a otros a su crecimiento, superándose como personas, viviendo de manera positiva...en fin...me di el tiempo suficiente para reconocer que sí hay una forma distinta de hacer las cosas y que el sistema habitual únicamente nos lleva a ser cada día más esclavos de nuestras propias limitaciones, dependiendo no de nuestras habilidades y talentos, sino de condiciones y decisiones que están fuera de nuestro control.
Cuando vi que esto era posible, hice aquello que normalmente hace la diferencia en nuestras vidas para bien o para mal : tomé decisiones. Decidí tomar las riendas de mi futuro. Decidí no permitir más que mi avance dependiera de otros. Decidí cambiar mi historia y la de mi familia. Decidí usar mis capacidades para ayudar a otros a descubrir las suyas propias. Decidí arrebatarle esclavos al sistema... Decidí cambiar mi mentalidad, reconociendo que para lograr resultados diferentes, hay que hacer las cosas de una manera diferente. Decidí iniciar mi nueva profesión en la industria que los grandes expertos en finanzas reconocieron hace mucho tiempo ya como la megatendencia que moverá la economía en los próximos años; la única que me permitirá estar tranquila ante las crisis económicas, las reestructuraciones, los congelamientos de nómina. Decidí ponerle fecha de caducidad a mis problemas actuales.
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